Querido colega relacionista comunitario,
Permíteme compartir contigo mi trayectoria de 25 años en el apasionante mundo de las relaciones comunitarias. Al igual que tú, he visitado numerosas comunidades campesinas y nativas, desde el sur hasta el norte y el centro del país, abarcando la Costa, la Sierra y la Selva. Durante innumerables asambleas, he compartido noches con comuneros y líderes, escuchando sus preocupaciones y expectativas, compartiendo historias y siendo testigo de su resiliencia frente a cambios cuando una determina empresa extractiva pretende explotar los recursos naturales ubicados en tierras comunales.
Mi experiencia se ha forjado en el crisol de empresas petroleras, gas, energía y minería. Cada día, enfrentaba desafíos únicos y oportunidades de crecimiento, al igual que tú lo haces hoy en día. Como líder, sé que nuestra labor es fundamental para construir puentes entre comunidades y empresas, fomentando el entendimiento mutuo y el desarrollo sostenible.
Sigamos trabajando juntos con pasión y liderazgo para fortalecer nuestras comunidades y crear un futuro más justo y próspero para todos.
Construyendo puentes y sembrando esperanza:
Trabajé codo a codo con líderes locales, activistas y miembros de las comunidades, con organizaciones locales, municipios y gobiernos regionales, construyendo estrategias que trascendieran las meras transacciones comerciales. No se trataba solo de negociaciones o gestión de conflictos; era una danza delicada entre intereses empresariales y el bienestar de las personas. Juntos, creamos iniciativas sostenibles que dejaron huellas profundas en el tejido social y ambiental.